Fallen angels: Lucy Jordan

 

Edward Hopper, “Morning Sun”, 1952

 

The evening sun touched gently on the eyes of Lucy Jordan
On the roof top where she climbed when all the laughter grew too loud

El hecho de que los primeros rayos de sol empiezan a poner color en nuestros rostros, no hace que desaparezca de golpe el frío acumulado durante este largo invierno. Hay quien dice que el cuerpo tiene memoria: el de Lucy Jordan se había olvidado con el paso del tiempo cómo era sentir la primavera. Mirando a su ventana, veía sus añoranzas como el trailer de una película que jamás se estrenará, todo lo que quiso hacer y lo dejó para otro momento, actriz principal ella en una vida lineal, sin ninguna sorpresa ni preocupaciones: su marido al trabajo, sus hijos al colegio y su casa ordenada y acogedora, el paraíso de la clase media del Midwest – hasta que una tarde, un rayo penetró el tejido de la costumbre y alcanzó lo más profundo de su alma entumecido.

Hay unos ángeles que caen por pecar y otros por no pecar. Lucy Jordan es la heroína de The Ballad of Lucy Jordan de Marianne Faithfull, canción del disco Broken English y del BSO de la película Thelma & Louise.

TAEddy Bear

Taeddy bear

Barcelona, 29 de noviembre 2011.

Las calles de Barcelona estaban prácticamente vacías. De vez en cuando se oía algún petardo de pre-calentamiento pre-clásico. En el aire se respiraba lo que ocurriría más tarde la misma noche, algo diferente a ese loop constante de las mismas imágenes y sonidos que forman la bso de nuestra rutina diaria. De ahí que al principio a los transeúntes no les chocaba la imagen de un oso peluche sentado en el peldaño de una sucursal bancaria – estaba tan fuera de contexto que parecía parte integral del paisaje.

A primera vista creía que era parte de alguna acción de marketing modernilla, de las que intentan llegar al bolsillo desde el corazón: “Hola, soy tu Deposín. Estrújame durante un año y tendrás unos sueños de 5% TAE* (*asterisco no incluido en este post – buscadlo en las promociones, si es que conseguís leer esas letras). Sin embargo, al acercarme, me di cuenta de que el peluche no entraba en el canon publicitario: estaba un poco sucio y tenía una oreja alicaída, un poco triste pero con su dignidad intacta.

El día siguiente el TAEddy no estaba allí, algo de esperar ya que la normalidad había vuelto y en el contexto de la rutina sólo caben momentáneos garabatos de osos indigentes.

Swinging Gracia


Barcelona, enero 2011. El barrio de Gracia siempre esconde alguna sorpresa en sus plazas arcanas. Así vas caminando un domingo por mediodía, con el sol bloqueándote la vista y al girar en una esquina te chocas con la música que activa el sensor AEP (”Algo Está Pasando”): la Plaza de la Virreina (nota: conozco unos que saben de alguien que una vez consiguió mesa en esas terrazas), repleta de gente bailando swing. Canción tras canción, ese grupo inundó de buen rollo (4 smileys en una escala de 5) el ambiente; que en este invierno largo que parece que nunca va a acabar, unos días del alción son bienvenidos, por muy pasajeros que sean.